Presentación

Enseñar es una acción y un acto creativo maravilloso. Enlace primordial para la vida, quien enseña, quien señala, cumple con marcar una dirección hacia adelante, es quien da un saber –o una habilidad, una práctica– que le fue dado por alguien anterior en el pasado y que llega a la comunidad como un regalo y una responsabilidad. Más aún, no podemos no enseñar. La condición humana, nos recuerda Josep María Esquirol, se comprueba en que somos primordialmente maestros y médicos: la experiencia con el otro nos ofrece la opción ineludible de aprender algo y, ante una emergencia, recibir por caso la ayuda elemental. Esta situación se extiende a los animales, quienes también portan según la especie una didáctica para el canto, la caza, la construcción o la espera, que se construye, del mismo modo, con un método y un programa. La vida enseña y la enseñanza es parte de la vida. La educación, como sistema que enlaza esta red originaria de contacto y transmisión, debería conservar la forma abovedada y suave que ofrece la comunicación sensata dirigida a mejorar la vida de las personas y el territorio que habitamos.

Nuestro Primer Congreso en innovación y creatividad educativa es como el cielo raso de esa bóveda que mencionamos. Su misión fundamental será la de reunir las experiencias más pequeñas, así como las aproximaciones más desafiantes en torno a las prácticas de enseñanza llevadas casi secretamente por miles de docentes en todo el país, sobre todo, en el ámbito de las carreras de ingeniería y tecnológicas. Casi secretamente, porque muchas de esas formas de transmitir un saber quedan encerradas en el aula. Y más allá de resonar en el tiempo en cada estudiante, son prácticas generalmente anónimas, sin la opción de hacer de ellas el método para una propedéutica. Pues bien; es tiempo de escuchar, de compartir, de aprender, de renovar. Este interés nos interpela a volver a dimensionar el concepto de innovación, que se presenta en este encuentro como central. La partida de nacimiento de la palabra nos habla de estar en lo nuevo. No es ni descubrir, ni inventar, que más que estar en lo nuevo, lo provoca. Quien innova parte de algo que ya está en el mundo, un artefacto o una idea conocida, a la que de alguna manera entra en ella. Es decir: desde dentro la ve, la escucha, la siente y la entiende de una manera novedosa. Quien innova ilumina el punto ciego de esa producción. La acompaña: toma impulso de un fundamento conocido para luego despegar hacia una zona sin mensuras, que luego devuelve con el fulgor de la novedad. Por eso, se torna imprescindible escuchar las voces de esos senderos recorridos, y detectar cómo es que ese salto discontinuo se produce.

Finalmente, la creatividad, que lo es todo. Cada vez es más evidente que las soluciones a los atolladeros del mundo contemporáneo se nutren de esta forma de proceder y de actuar. La misión de la creatividad es facilitar, clarificar, ampliar nuestro entorno; más que encriptar, se inclina por la coexistencia y el compartir. La curva de la creatividad se enfrenta a la recta del progreso cada vez más voraz y contaminante. La creatividad hace surgir quizás la tecnología más atávica: la capacidad de inventar mundos y de curarlos. El gesto o el impulso creativo aplicado a la enseñanza desempolva sendas no transitadas y conecta inmediatamente con la atención y el afecto. Las voces anónimas nos dicen: “voy a probar con este ejemplo que funcionó mejor la última vez”, “voy a trabajar sin el pizarrón e intentaré una visualización distinta del problema”, “¿cómo resolvería este ejercicio si fuera yo otra persona?”, “¿cómo me enseñarías tú a mí este tema que acabas de aprender?” Estas preguntas son apenas una muestra del repertorio didáctico cuando la pedagogía se encabalga con la imaginación.

Claramente que la tecnología está presente en este encuentro, pues como la enseñanza y la creatividad, son inherentes a muchas formas de vida. Pero queremos expandir el horizonte tecnológico y llevarlo a otras prácticas, pequeñas y remotas prácticas, que puedan inspirar nuevos modelos de enseñanza solidarios para profundizar la formación de los futuros ingenieros e ingenieras. Por eso, las temáticas que proponemos buscarán presentar un campo de opciones singulares en el cual la enseñanza se matice vivificada por la creatividad de los modos más insólitos aunque posibles. En suma: queremos escuchar en “primera persona” cómo son sus clases, cuáles son sus artificios y estrategias para encender en la comunidad estudiantil el inicio de un mundo nuevo.

Áreas de trabajo

Pequeños cambios, grandes resultados. Las innovaciones a veces descansan en un detalle. Es correr apenas algo de sitio, acercar o alejar un banco, dirigir la atención hacia una zona nueva, escuchar o ver lo que antes no era advertido, cambiar el tono, el color de la una fibra, un ejercicio nuevo sin sentido que al final de la
clase se revela como esclarecedor. ¿Cómo es su clase? ¿Qué pequeño cambio ha reportado su didáctica? ¿Qué resultados? En este mismo sentido nos podríamos preguntar: ¿está trabajando con perspectiva de género?, ¿ha realizado alguna acción o cambio atendiendo a personas con discapacidad? Y más: ¿en su clase han participado estudiantes de pueblos originarios? ¿Qué saberes le han reportado? ¿Cómo ha sido su relación?

La atención, la virtualización e hibridación de la enseñanza. Una vez transcurrida la pandemia, la modalidad virtual afectó profundamente la dinámica docente: ¿cuál fue su experiencia? ¿Pudo mejorar el rendimiento de la clase? ¿Qué problemas detectó? ¿Pudo resolverlos? ¿Cómo? ¿Demasiada o poca tecnología? Las nuevas plataformas de streaming, tecnologías 2.0, aulas híbridas, así como la proliferación de campos virtuales y otras tecnologías aplicadas a la educación pueden ser una ayuda y un problema. ¿Cómo es o ha sido su vivencia con estos soportes? ¿Es aún problemático para usted añadir estás tecnologías a su día a día? ¿Qué opinan sus estudiantes?

El problema (o la solución) de la creatividad. Es innegable la autopercepción del profesional en ingeniería quien se afirma en una posición técnica, razonable y confiable, argumentando que la creatividad no hace a su formación ni perspectiva. ¿Es así? Queremos escuchar aquellas ideas que le sorprendieron incluso a usted en la clase.

Estudiantes a las aulas. Muchas veces estudiantes en formación, trabajan a la par con docentes en sus clases ¿Hemos reflexionado lo suficiente las implicancias de este encuentro virtuoso? ¿Hemos generado los espacios de intercambio suficientes e indagado sobre cómo ven la clase docente y estudiante? Queremos escuchar también a cada estudiantes que da clase y atender a su mirada sobre los procesos de enseñanza desde su particular posición en el aula.

Carrera cortas. En los últimos años las carreras denominadas “cortas” han avanzado en distintas Facultades de nuestro país. Esta situación ha generado diferentes trayectos formativos: tecnicaturas, ciclos de complementariedad, formación de pre-grado, etc., que impulsaron el surgimiento de una didáctica particular ajustada a sus necesidades curriculares. En ese sentido: ¿cómo son sus clases? ¿Ha adoptado un enfoque centrado en el estudiante? ¿Cómo? Por otro lado: ¿ha favorecido los procesos de enseñanza el trabajo en equipo? ¿De qué manera?