Durante muchos siglos, la matemática, la música y la poesía se entrelazaron en un único saber de fecundas producciones. La naturaleza de las cosas de Lucrecio, quizás el primer libro dedicado al examen científico de la materia, fue escrito en verso en el siglo I a.c., un poema. Pitágoras, 500 años antes, por otro lado, se interesó tanto de comprender la matemática que habita detrás del territorio como la de los sonidos. Y ya en nuestra contemporaneidad son innúmeros los desarrollos que relacionan estas tres disciplina. El viernes pasado, en nuestra sede, dos coros sonaron en el Aula magna, sí, en el corazón de una universidad tecnológica que entiende que la música, las relaciones comunitarias y afectivas, son fundamentales para cualquier campo disciplinar, sobre todo, las científico-tecnológicas.
Y no fue cualquier concierto: fue el concierto en el que el Coro del mar, el coro de la UTN Mar del Plata, ofreció su primera presentación. Un acontecimiento histórico que se vivió a sala llena. Y nos acompañó la Orquesta-escuela de voces de la Universidad Nacional de Mar del Plata, un ensamble maravilloso y conmovedor, que nos recordó a todos y todas, lo hermoso y profundo que es la cantar en comunidad.
Ambas agrupaciones fueron dirigidas por Celeste Sangiao, un hallazgo de talento y sensibilidad. Esa noche la acompañaron Camila Suero (percusión) y Antón Goncalves (piano). Presentaron un repertorio sencillo pero estremecedor de una hora, que queremos que se repita.
Para quienes quieran escuchar un poco de lo que pasó esa noche, les dejamos acá dos piezas:
Suite de rock (Orquesta-escuela UNMDP) –
Cactus (Coro del mar – UTN)
¡Pronto el disco!
UTN Mar del Plata
Aprendemos del mar
