Sábado 6:30 de la mañana partimos de Resistencia capital de la Provincia de Chaco, nos despedimos de una ciudad acogedora y llena de lapachos en flor. Habíamos pasado tres días de pleno intercambio y disfrute en nuestro 2° CICE, Congreso de Innovación y Creatividad Educativa de nuestra querida UTN.
Cargamos las alforjas con sueños, con ideas, con sonrisas y con abrazos de colegas. Compartimos nuestras experiencias desde el CREA, pequeñas, aunque muy potentes. Nuestra comisión estuvo compuesta por docentes jóvenes, tratando de ponerle nombre a situaciones didácticas que viven cotidianamente, procesando información relevante para sus prácticas docentes tecnológicas.
El cerebro solo aprende si hay emoción, señaló en una entrevista Francisco Mora -docente, doctor en Medicina y Neurociencia y catedrático de Fisiología- y emoción no faltó. Aprendimos cosas nuevas, nuevas herramientas que sumamos a nuestra mochila. Nos alegramos con pequeños cambios, celebramos diversas experiencias de colegas de otras facultades regionales. Nos alertamos frente a “los números” expuestos que gritan respecto a un sinfín de cuestiones sobre las que tenemos que trabajar desde todas las áreas de la universidad. Reivindicamos la enseñanza centrada en cada estudiante, como señalaron nuestro Rector y nuestra Secretaria Académica tantas veces.
Sabemos que estamos conectados en una red docente de afecto uteniano, un soporte. Se fue el segundo, Puerto Madryn nos espera en el 2024.
UTN Mar del Plata
Aprendemos del mar
