Para dimensionar el impacto del Primer Congreso en Innovación y creatividad educativa en enseñanza tecnológica: CICE 2022, debemos aceptar que la UTN esta cambiando. O que al menos se lo está proponiendo seriamente. Si repasamos desde lo alto el torbellino de actividades llevadas a cabo entre los días 3 y 5 de noviembre en la sede portuaria de la Regional Mar del Plata de la UTN, la sensación general es que hubo más interés en escucharse que pronunciarse, en afectarse que en explicarse. ¿Es posible llorar después de una Conferencia plenaria? Sí. ¿Es posible que en la presentación de un libro las figuras más importantes de la gestión de la universidad hagan filosofía institucional abriendo un espacio de diálogo e intercambio novedosísimo con diversos actores del quehacer educativo? De nuevo, sí. Rescatar las resonancias del CICE, los ecos de las ideas y de los intercambios, es algo que quienes se interesen en detectarlos, tendrán que acercarse a las personas que lo vivieron y recorrieron. Así de determinante fue.
Formalmente, el Congreso completó 9 sesiones de trabajo, 3 conferencias plenarias, 3 talleres, 2 sesiones especiales, y 3 inauguración de proyectos en fase de transición entre las artes, la educación y la ciencia. Toda la información de lo vivido se puede visitar en: https://mdp.utn.edu.ar/cice/, que incluso, comprobando la información que ahí se aloja, asumiremos que el carácter descontracturado del evento no significó por ello la mínima pérdida de rigor en los contenidos. Pero lo más valioso podría ser que a lo largo de las sesiones y las conferencias plenarias, la comunidad se animó a dialogar con temas que no son inofensivos. Con temas que incomodan y que en general no queremos escuchar: como el tiempo que nos toma formar un profesional en ingeniería, y que es tiempo de revisar las estructuras más ondas de los diseños curriculares. Sin embargo, los desafíos por delante tienen un sol por delante: y eso fue posible porque nos animamos a hablar de los éxitos y los fracasos, porque la creatividad nos informó que la educación y la tecnología se nutrieron desde siempre de su corriente continua, y por algo más. Ese más tiene que ver con el deseo profundo de pensar y soñar una nueva narrativa para nuestra universidad, que quizás facilite y ordene las ideas y las acciones, y que nos permita movernos más amalgamadamente al ritmo de la cultura contemporánea. Porque una cosa nos quedó claro a quienes participamos: que los ingenieros y las ingenieras, no somos cuadrados.
Del 3 al 5 de noviembre, docentes de todo el país del ámbito de la tecnología se reunirán en la Facultad Regional Mar del Plata (UTN) en el Primer Congreso en Innovación y Creatividad Educativa en Enseñanza Tecnológica CICE 2022.
En un marco interdisciplinario, especialistas del campo de la enseñanza y la creatividad reflexionarán sobre los principales desafíos que enfrenta la práctica docente en la cultura contemporánea.
