Me considero un buscador, un filósofo/artesano y “hacedor”. A lo largo de mi vida me he preocupado por aprender a hacer cosas, por pensarlas y por conversar sobre esas cosas con los demás. Me crie frente a una escuela de arte –Martín Malharro—en Mar del Plata. Rompimos los vidrios con una pelota de futbol con mi hermano y mi madre nos mandó a pedir disculpas. Ésa fue nuestra primera entrada a una escuela arte. Soy egresado de esa escuela como Fotógrafo, y mi hermano como diseñador gráfico. Creo que todos convivimos con imágenes. Con las que nos enseñan y con las que constantemente hacemos o fabricamos. Y está en nosotros extraer algo de todo ello. Luego de estudiar en la Escuela Artes Visuales de mi ciudad, obtuve una beca del Fondo Nacional de las Artes en experimentación en medios audiovisuales por un año. Y más o menos desde ahí, con veinte y tantos años, empecé realizar exposiciones de forma amateur con mis fotografías, a leer literatura y ensayos, y a cruzarlos intuitivamente con mi formación de plástico. A los veintiséis años me mudé a la Patagonia a la ciudad de Puerto Madryn junto a mi pareja que es Bióloga Marina, estuve viviendo allá siete años. Trabajé en la sección deportiva del Diario El Chubut como fotógrafo y empecé de a poco a aprender el oficio de carpintero de muebles. También de a poco comencé a construir mis propias cámaras sin lentes, en cartón y en madera; lo que se conoce como Pinhole o cámaras estenopeicas. Y a desarrollar una obra a partir de esas investigaciones. Entre ellas se cuentan las series: “Segunda oscuridad”, “Ven a visitarme que desde mi ventana se ve el Mar” y “El Escritor”. Actualmente diseño y fabrico muebles de madera con la marca Dobledehachas.