La innovación es una disciplina que no se obtiene a través de un proceso aleatorio de prueba y error, sino que requiere de planificación y esfuerzo sistematizado.

La innovación involucra focalizarse en la misión de la organización, en búsqueda de oportunidades únicas, al mismo tiempo que se determina si esas oportunidades se alinean con la dirección estratégica de la institución, y se definen los hitos de éxito. Lograr flexibilidad y adaptabilidad del pensamiento, los cambios, tanto internos como del entorno, sean sociales, culturales, tecnológicos o económicos. Por lo tanto, no requiere de genialidad, sino de dedicación, método y compromiso.

La necesidad de desarrollar las habilidades de pensamiento de orden superior y de innovación en los estudiantes de ingeniería se pone de manifiesto a través de la adopción de nuevos programas de estudio en las universidades basados en competencias. A partir de este nuevo paradigma, es necesario que los alumnos adquieran habilidades de procesamiento de información, que permitan habilidades genéricas que favorezcan la comunicación interpersonal, la autogestión, la capacidad de aprender e innovar. Las herramientas proporcionadas, por el PTE (Pensamiento Transformacional Equivalente), muy poco difundida en occidente, es una teoría acerca de la creación y la innovación que trata de superar la debilidad del pensamiento analógico y establecer un nuevo esquema para la creatividad.

No es una metodología para solucionar problemas de modo al azar como el Método de “Tanteos” o Iterativo, el Método del Pensamiento Lateral, el Método Heurístico, el Método de la “Tormenta de Ideas”, el Método del Análisis Morfológico, el Método de la Sinéctica y muchos más, tampoco es un método estructurado como TRIZ (acrónimo ruso de Teoría de Resolución de Problemas Inventivos). Tanto las metodologías estructuradas mencionadas y PET (semiestructurada) se estudian en la UTN FRGP.