Las velas solían ser el principal medio de propulsión de los barcos, pero con el advenimiento de la máquina de vapor y el motor diésel, las velas comenzaron a usarse solo para la navegación recreativa. En los últimos años, con el aumento de los costos de combustible y un mayor enfoque en la reducción de emisiones, ha aumentado el interés en aprovechar la energía del viento para propulsar barcos comerciales.
Los organismos reguladores de todo el mundo consideran que la descarbonización de la industria marítima es una prioridad creciente. La Organización Marítima Internacional (OMI) ya ha establecido metas ambiciosas para reducir las emisiones de los barcos para 2030 y 2050. Para los armadores, esto significa encontrar formas nuevas y más limpias de impulsar sus barcos, a fin de reducir la huella ambiental de sus embarcaciones.
Además de recurrir a combustibles con bajo contenido de carbono o sin carbono, muchos propietarios están investigando métodos de propulsión alternativos como una forma de limitar su impacto. Entre las opciones en desarrollo, la propulsión asistida por viento se considera un fuerte competidor para lograr una reducción significativa de las emisiones. Como fuente de energía limpia y gratuita disponible en todo el mundo, el viento puede impulsar a los barcos de forma renovable mediante el uso de velas.
A pesar de que gran parte de la tecnología necesaria para respaldar los sistemas de propulsión asistidos por viento aún se encuentra en las primeras etapas de desarrollo con varios desafíos ambientales, técnicos y de diseño pendientes, estamos cada vez mas cerca de comenzar a ver su implementación en el corto plazo.
Algunos links de interés:
https://www.imo.org/es/MediaCentre/HotTopics/Pages/Cutting-GHG-emissions.aspx