Verónica La Bella, estudiante de Ingeniería Pesquera se presentó al Hackathon en Innovación sin más espectativa que la de participar. Se llevó dos grandes sorpresas: descubrió un gran equipo de trabajo y ganó el tercer puesto con su proyecto “La mar en casa”.
¿De qué se trata “La mar en casa”?
El proyecto lo que en definitiva busca es ser un punto de conexión entre el pescador artesanal y el consumidor final, sin que haya intermediarios, para que sea una compra de pescado fresco, pesca del día.
Surgió el año pasado a raíz de una iniciativa de una profesora de la carrera (Ing. Pesquera) proponiéndonos que pensemos alguna aplicación relacionada a la trazabilidad (un tema que se está hablando bastante en la actualidad y que seguramente seguirá en los años venideros). Así se me ocurrió este pequeño formato de trazabilidad; la misma idea: compra – venta, del pescador artesanal al consumidor final.
Esta idea se las presenté a mis compañeros de grupo en el Hackathon donde nos conocimos y les gustó, les llamó la atención. Y decidimos seguir desarrollándola. En el grupo había programadores, Ing. en datos, un biólogo y entre todos comenzamos a pensar una idea más específica de la aplicación. Un elemento nuevo que surgió es que el pescador pueda tener datos antes de salir a pescar que faciliten su trabajo. Por ejemplo, si hay un cardumen de pesca en cierta zona que lo pueda ver a través de un mapa de temperatura; cómo va a estar el viento o las mareas, y que esta aplicación les anticipe si van a tener o no fortuna antes de salir.
Desde el punto de vista del consumidor es importante recalcar que esta aplicación lo que quiere generar es un consumidor responsable, un consumidor que sepa lo que está comiendo, que diversifique su dieta justamente para consumir pesca costera — en general cuando consumimos pescado es casi siempre merluza, no salimos de ahí— y que sepa también reconocer si el pescado está fresco o no, y que también se interese por quién lo pescó, cómo se pescó, a qué hora se pescó, que es al aporte de la trazabilidad.
A propósito de esto, lo bueno de la trazabilidad es que acá tenemos un camino “muy corto” que va del pescador al consumidor. Y en términos de calidad, estamos hablando de la mejor calidad que podés obtener. Por ejemplo, me despierto y veo en mi celular una notificación de Pedro que va a ir a pescar saraca. Qué interesante, me digo… Entonces yo a través de la aplicación me reservo un kilo de saraca. Y la aplicación me informa que el pescador va a llegar a puerto a las 14 h. Si voy al puerto a esa hora, tengo la saraca fresca. Más calidad que eso, no hay.
El propósito de este proyecto es generar la cultura del pescado. O que volvamos a la cultura del pescado. Porque las Lanchitas amarillas por ejemplo, las tenemos hace años. Es un patrimonio que no tenemos bien desarrollado. Que se está perdiendo. Entoces la idea es volver.
¿Y sobre el equipo?
Una de las cosas que me di cuenta es que el equipo es lo que hace la diferencia en el Hackathon, porque son 24 h que vas a estar conviviendo con el mismo grupo de gente. El año pasado me lleve una experiencia medio dudosa, donde teníamos muchas dificultades para comunicarnos entre nosotros, se nos pasaron las 24 h y no pudimos hacer mucho. En cambio, cuando llegamos con este grupo —lo mismo, yo presenté la idea, nada más— y me sentí escuchada, y se entusiasmaron con la idea y con la pesca. Y también les pude hablar de la Facultad (porque no todos la conocen) y de lo que es puerto. Y me encantó poder compartir un conocimiento que tengo guardado y que sé que no tiene que quedar guardado, que hay que compartir.
UTN Mar del Plata
Aprendemos del mar
